dimecres, 18 de gener del 2012

De Marrakech a Essaouira / El coleccionista

En poco más o menos ciento ochenta kilómetros se pasa de la tierra roja y árida del interior de Marruecos al océano Atlántico. Poco a poco los mustios arbustos del camino se van sustituyendo por los árboles del argán, los olivos y finalmente las araucarias y un suave manto verde tiñe los campos separados por muros de piedra. Los edificios, antes del mismo color de la tierra, mudan hacia un blanco deslumbrante con ventanas y puertas azules. El autobús parece que vuele cuando llega a la curva de la colina y abajo, a lo lejos, una mancha clara junto al inexplicable azul del océano. Es Essaouira, la ordenada, la antigua Mogador y más allá, las islas de la Púrpura.
Este cuento fue escrito en Essaouira, en el mes de diciembre de 2011.

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