Si había una mujer que podía hacer sombra a Sheila Wonders en aquellos tiempos en el Raval, esa era Babeth.
Pero a diferencia de Sheila, que siempre desprendía un halo de inocencia, aunque fuera disfrazada de mujer fatal, Babeth podía llegar a ser tan camaleónica como versátil. Un día podía parecer una princesa de algún emirato árabe, del estilo de la jequesa de Qatar y entonces podías perderte en lo más profundo de sus ojos y ahogarte en lo más oscuro de su mirada. Otro día, por el contrario, podía parecer la más sofisticada mujer de mundo con su vestido corto firmado por Alexander McQueen y sus stilettos de Jimmy Choo. Entonces podías sentir el vértigo de lo inalcanzable. Y al siguiente, con unos vaqueros, camiseta de algodón y unas sandalias, era la vecina de al lado que todo chico del barrio desearía tener. En cualquiera de estas versiones Babeth hacía girar a su paso a los chicos y hombres del barrio, sin distinción de edades ni de procedencias.
Babeth vivía en un pequeño apartamento en el último piso de un edificio de una calle cercana a la Ronda de Sant Antoni, minúsculo pero muy bien aprovechado. Y como no tenía mesa para invitados, comíamos todos, sentados en cojines en el suelo como si estuviéramos en una jaima del desierto, las especialidades francesas que le había enseñado a cocinar su abuela. Y es que Babeth, a la par que la más sofisticada mujer de mundo, también podía ser la más dulce ama de casa, cocinando clafoutis y soufflés.
Y no olvidaré una noche yendo de copas con Babeth, en su versión McQueen-Jimmy Choo y con un clutch en su mano, en que era como una estrella que iluminaba con luz propia la oscura noche del Raval con su sonrisa.
Gracias cariño!! entras directamente en el top 10 de mis mejores felicitaciones!! vamos, estas en pol position! me ha encantado, y todo es tan... real!! Besos xxx BB
ResponEliminaFelicitats per la tendresa amb què escrius! uns grans elogis!
ResponEliminaPer cert, vaig ser a Paris fa pocs dies i vaig estar davant de la porteria on va nèixer Edith Piaff, al barri de Belleville. Una infància tràgica i dura...
Marc