dimecres, 7 de setembre del 2011

Cosas del verano (III) – Los mercados… It’s the end of the world (as we know it)

Cuando era niño el mercado era el lugar donde ibas a comprar la comida. Yo acompañaba a mi madre al mercado (también conocido como la plaza) y me gustaba porque había muchos colores, muchos olores y las dependientas de las tiendas te regalaban algo, unas fresas en la frutería, unos Sugus en la parada de caramelos, o te decían que niño más mono o qué simpático.
Ahora los mercados son algo bastante más antipático. Nadie sabe exactamente cómo funcionan, pero suben, suben o bajan, bajan, de una forma impredecible, dependiendo de lo que diga Standards & Poor o Moody’s o de alguna declaración de la señora Lagarde. Ahora me dan miedo los mercados, porque parece que, cuando la bolsa se desploma o el diferencial de la prima de riesgo del bono español se dispara más allá de 300 o 400, el mundo se vaya a acabar. Y este verano, seguía las noticias a través de mi I-phone y parecía exactamente eso, que se fuera a acabar el mundo. Aunque al final lo que desearía es que cerraran Wall Street, el Ibex 35, Nikkei, el Dax y la madre que los parió a todos y nos dejaran vivir un poco tranquilos, y no nos metieran tanto el miedo en el cuerpo, aunque ya sabemos que la mejor manera de tener a la masa acojonada y tranquila es circo (futbol) y unas cuantas noticias catastróficas de vez en cuando.

2 comentaris:

  1. Te has dejado el idioma, otra manera de distraernos es hablando sobre el problema del catalán en Catalunya, pero sí, tienes razón, que nos dejen un poco tranquilos.
    Lidia

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  2. Vaya... acabo de empezar La doctrina del Shock y vamos vamos! A fabricar tragedias, desgracias, a tirarnos a la política del miedo y del terror y a continuar con el capitalismo del desastre.

    Tri

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